lunes, 16 de junio de 2008

ALOJAMIENTO INVERNAL

I

No hay espera posible,
cuando el invierno afila sus hojas
y sus ramajes gotean estrellas heladas,
sembrando la noche de ojos vacíos,
tras los cristales de nuestro invernadero
el taconeo de alargadas sombras
endurece el sustento cotidiano,
el halito de esta intemperie
maltrata el silencio de quien espera,
no hay tregua
en este tiempo inmisericorde,
sin calor ...
se necesita
una distinta pausa,
para que el cuerpo
no se vuelva plegaria,
y este aire invernal
descorche alondras.



II ( alojamiento invernal )

El invierno
va entrando sigilosamente
registrando cada grieta,
roe despacio la piel,
mientras los minutos
pendulan ...
... el sonido de sus pasos acercándose,
su temblor de sombras sacudiendo el sendero.

Cuántas vidas se agolpan
mas allá del batir de unas alas,
alzan sus brazos
para sostener un mendrugo de esperanza,
con la puerta abierta,
de par en par,
soñando ...
¿ quién nos necesita ?
nadie nos ha llamado,
solo eran voces desiertas,
silbidos perdidos en el aire,
la poca lluvia que se cuela ...
solo este halito,
invernal.


III ( alojamiento invernal )

Pero la vida sigue
y tu con ella,
arrastrándote,
cogido de esa mano ciega,
ese halito invernal
bajo la mudez
de ese cielo suicidado,
gastando la única certeza acuciante,
la poca reserva de combustible que nos queda
en esta vasta tragedia
de fuegos fatuos.

Pero la vida sigue ...

Aunque la desesperación
de ese niño que llevas dentro,
llorando,
no te deje dormir.


IV ( alojamiento invernal )

El alma llena
de butacas vacías
dentro de este loco teatro,
en este desolado alojamiento
mendigando a la frialdad de sus huéspedes,
una palabra, algo,
un sentimiento con que vestirse,
arroparse,
de este frío invernal ...
y no tener que fingir
delante de nadie
que aun existimos,
que ejecutamos esta vida
como un monótono rito funerario.



V ( alojamiento invernal )

Ahí,
donde apenas reposa
el poso de la vida,
me agito en manos del sueño,
donde el espacio muerde
el dolor de mis ojos
y desfila ...
un largo funeral de lágrimas.

Los sueños vuelven a soñarse,
mientras duermen ...
y ahí, en ese alojamiento,
rodeado de mis inquilinos tributarios
siento el mordido frío,
calarme,
las bocas hambrientas de mi alma
se llenan de póstumas cenizas
de vastos naufragios
donde las perdidas flotan a la deriva
y el frío ...
sigue creciendo por mis hueso.



VI ( alojamiento invernal )

En ese alojamiento invernal
escucho el balanceo de columpios,
tan dentro de mi,
el chirriar,
una y otra vez,
una y otra vez ...
como se balancea,
este desasosiego sollozando
como un desconsolado niño,
en mi alma,
como un mendrugo de pan,
picoteado por solitarios pájaros.



VII ( alojamiento invernal )

Recoger la cosecha de algodón
de todos estos años vividos
en este alojamiento,
donde nacen y mueren tantos sueños,
parpadean tan frágiles,
con que callada paciencia
acechan tras la mirada
y se desvanecen...
en esta salvaje autopista,
en esta loca carrera de infortunios
quebrada de cicatrices.

Si pudiese añadir, eso,
que tantos días me sobró,
con los brazos llenos de esperanza
intentaría salvarme ...
de ese alguien
que me llora tan dentro.




VIII ( alojamiento invernal )

Y pese a todo, vivo ,
como el vaho que tus labios
dejaron trazado sobre el cristal,
como un recuerdo inútil en el olvido,
en el oleaje intenso de unos latidos
que sueñan despiertos ...
en el delirio
de ese gran naufragio asumido.

Y pese a todo, vivo ,
languideciendo en ese alojamiento
que jamás ninguna mujer oyó.
en ese demente sueño
extendido en su larga desnudez.



IX ( alojamiento invernal )

Estoy a solas,
al fondo de mi,
y pese a todo vivo ...
viendo mis palabras desdentadas
caer de mi boca,
colgando ...
como un aborto entre las piernas.

Se ahorcan mis sueños,
al fondo de mi ...
y pese a todo vivo.



X ( alojamiento invernal )

Bajo este delirante paraguas
intento adivinar del asediado tiempo
el devenir de sus transeúntes consecuencias,
en esa hora
en que el cielo cierra sus párpados,
y enhebra las lagrimas
en pequeñas puntaditas,
deshace el dolor
en nevados harapos blancos
sobre este indefenso páramo vacío.



XI ( alojamiento invernal )

A este alojamiento me retiro
ahogando el bullicio inquilino
que me desahucia en cada esquina,
mendigo de sensaciones
en esas enormes avenidas sordas
donde sigo respirando enfebrecido
ese aire detenido,
ese olor olvidado.

Detrás de la ausencia,
la sangre delira
cuando golpean el corazón,
los ojos lloran hacia dentro
mordiéndome los días.



XII ( alojamiento invernal )

Creo que cerraré mi puerta al mundo,
olvidado y ausente,
lleno a rebosar hasta los ojos
crecí desnudo y hermético
en este alojamiento invernal,
donde me cobija una desnuda y fina lluvia
entre la ondulante danza de hojas
arremolinadas por mudos vientos.

¡ qué silencio ... ¡
¡ qué quietud tan extraña ¡

Solo mis latidos
marcando cada segundo,
las lentas horas anunciadas.



XIII ( alojamiento invernal )

El invierno
dispone de su tiempo,
amontona su luz
sobre fríos colchones de nieve,

¿ porqué no fundir nuestros cuerpos
en este breve espacio que se nos asigna ?

ser capaces de embellecer esta, nuestra residencia.

Que una ola de cálido viento,
deshilache
los sueños mojados,
por trapos de frío invernal,
que recoja nuestras miradas
en cantaros menudos ...
llenas de esperanza.

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